Dicen que el hombre menos ambicioso que conoce la historia tal vez haya sido Diógenes. A partir de ese momento ambiciosos... hay muchos!
¿Les parece que Diógenes era el menos ambicioso? ¡Si lo que buscaba con la linterna era nada menos que al Hombre verdadero!
Siempre es confuso cuando se intenta pensar qué es la ambición.
He ido a buscar a las fuentes etimológicas, pero lo que me encontré es interesante para compartir.
Parece que la palabra "ambición" proviene de "ambire", es decir, "ir alrededor" o algo así.
La inventaron los ante-ante-ante-ante-ante-antepasados de los políticos (i.e., los romanos) porque parece ser que, por aquellos tiempos, cuando alguien quería conseguir un "carguito público", lo que hacía era rodearse de gente, cuyos votos intentaba obtener con sonrisitas y promesas...
De allí, se me ocurre que la ambición implicaría muchas veces una exageración, una actitud afectada, un intento (más o menos mentiroso) de captar la voluntad de la gente para que sirva a los propios intereses...
Habría que ver si los romanos, al menos, cumplían con sus promesas...
Eso sí, si yo encontrara lo que buscaba Diógenes con la linterna, seguro, pero seguro, que me tornaría extremadamente ambiciosa.
Pero llamemos a las cosas por su Nombre Verdadero:
En Argentina no hay inflación, hay reacomodamiento de precios.
En Chile no hubo un terremoto, hubo reacomodamiento de las placas tectónicas.
Los medios de comunicación no mienten, practican el reacomodamiento de la verdad.
Los hombres no tienen ambición, buscan el reacomodamiento del poder.
Los políticos argentinos no son corruptos, sólo están re-acomodados.
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