Yo soy uno de esos locos de los videojuegos y no me avergüenzo de ello; pero como en esta vida, y en todos los colectivos habidos y por haber, hay grupos, resulta que en este también. En concreto, hay dos: los peceros y los consoleros. No, un pecero no es una persona que pesca peces, eso es un pescador; si atienden bien a la etimología de esa palabra, verán que procede de “pecé”; es decir, de PC, un personal computer u ordenador personal, ya sea de sobremesa y portátil. Bueno, pues basándonos en eso, y por extensión y lógica, los peceros son esos adictos a los videojuegos que sobre todo adoran jugarlos en un ordenador; mientras que los consoleros, obviamente y por descarte, son los que disfrutan más con una consola. Bien, pues yo pertenezco a este último grupo.
¿Que por qué? En fin, hay muchos motivos: que el manejo de una consola es más sencillo que el de un ordenador porque este último no solo sirve para jugar, sino para otras muchas cosas, y ese hecho puede interferir; o que soy un jugón -otra palabra preciosa- bastante antisocial. Esto tiene lógica si tenemos en cuenta que el ordenador es el mejor medio para jugar a videojuegos online, pero la consola es mejor para jugarlos en solitario; aunque eso está empezando a cambiar, pero creo que sigue siendo así. Bien, con este pensamiento me he comprado todas y cada una de las consolas de nueva generación que han ido saliendo gracias a que tengo un trabajo estable. Y claro, así ha sido fácil que me frustrara y sufriera cuando el lunes pasado mi Play Station 3, repentinamente, dejó de funcionar.
Me planteé comprarme otra, claro está; pero buscando consejos en internet, di sin querer con esta web, una tienda que gestiona el mantenimiento de aparatos eléctricos e incluso repara otros. Esto de la gestión de mantenimiento, pensé, tal vez me salve la vida, porque no me puedo permitir comprar otra; así que la llevé, la reparé y voilá!, vuelve a funcionar. Gestionar el mantenimiento de las consolas es un milagro. |