la voz fue más allá
tan lejos
que se quedó detrás
del silencio
redujo el cancel
de la puerta
luego de la horas
de la siesta
dejó un signo
empujando la tarde
que siembra
las cicatrices
en las rodillas
después de borrarse
diez dedos en la tierra
marcas perennes
con que luego
un bandoneon
acusa recibo
en esa hora
de incertidumbres
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