Los investigadores privados o detectives son los profesionales encargados llevar a cabo investigaciones de hecho y conductas privadas para obtener las pruebas necesarias para su cliente, ya sea éste un particular o una empresa, independientemente de las funciones de la misma, es decir, abogados, mutuas, aseguradoras…
En el caso de ser necesario, estas pruebas se pueden plasmar en un informe, que el mismo detective ratificará ante el tribunal pertinente. Estas pruebas se tendrán en cuenta en un juicio siempre y cuando así lo requiera el abogado o el juez en cuestión.
Para desempeñar este tipo de trabajos es imprescindible contar con los estudios correspondientes, obteniendo el título oficial de detective privado, al menos en el caso de España, pues según el país esta característica, entre otros detalles, puede variar considerablemente.
Estos profesionales llevan a cabo diferentes funciones a petición de sus clientes, conociendo los límites que no debe rebasar en sus investigaciones. Estas tareas consisten en obtener y aportar información sobre las conductas e hechos privados, además de la investigación de diversos delitos perseguibles en el proceso penal o bien para la vigilancia en hoteles, exposiciones, ferias, etc., considerando conductas o hechos privados a lo que afecte a la vida personal, familiar o social.
Por otro lado, los detectives pueden realizar sus funciones en diversos ámbitos, como el empresarial, el laboral o el personal, entre otra clase de servicios para satisfacer, en la medida de lo posible, las necesidades de sus clientes, aportando las mejores garantías y la máxima discreción a la hora de hacer sus investigaciones privadas.
Hoy en día es muy sencillo localizar a un detective privado gracias a los avances tecnológicos, para conseguir este objetivo hay que realizar una búsqueda concreta a través de la red, analizando diversas empresas dedicadas a este sector con la intención de encontrar a un profesional que se ajuste perfectamente a las necesidades de cada cliente. |