Los has conocido, visto y disfrutado y te ha costado mucho esfuerzo levantarte de ellos… hablo de esos objetos-muebles tan cómodos que dan ganas de dormir en ellos. Y si ha sido el imaginar el precio lo que impidió en el pasado que consiguieras uno, ya no más, pues existen puffs baratos, con una gran variedad de modelos, y entre ellos seguramente encontrarás el que es perfecto para ti.
Si necesitas un mejor argumento para conseguir uno, debemos hablar entonces de la ergonomía. Esta es la ciencia o disciplina encargada de que los lugares de trabajo, las herramientas y los instrumentos que usan las personas, estén diseñadas de manera que brinden el mayor confort y aumenten el rendimiento laboral.
Por ejemplo, ¿cómo sientes que trabajas mejor?: cuándo tienes dolor de espalda o manos tensas por mala posición o cuándo te sientes relajado y libre de molestias? Usualmente el desarrollo de asientos ergonómicos es posterior a variadas mediciones, sujetos de prueba, diferentes prototipos y muchas especificaciones.
Mientras tanto, los puffs son una enorme pila de bolitas de polietileno o similar, forrados con un material grueso y resistente. De esta manera, obtienen la propiedad de adaptarse a la forma del cuerpo fácilmente cuando se les somete a movimiento, pero una vez que permaneces quieto dan un soporte firme a tu espalda y cuello.
Otro argumento que se puede esgrimir es que son muy prácticos, al poder ser sillas, mesas, mini cuarto de juegos para niños o decoraciones de salón. Sus cubiertas anteriormente descritas los hacen muy fáciles de limpiar, transportar y usar ya sea en la ciudad, el campo o la playa.
Probablemente estés familiarizado con los clásicos puffs redondos y todas sus comodidades mencionadas previamente, pero si requieres apoyo lumbar adicional siempre puedes adquirir uno con forma de pera, con o sin bolsillos, que tienen como un respaldo extra.
Y si la abultada deformidad común en estos muebles no te gusta, también existen los de base cuadrada, que después de usarlos es fácil devolverlos a una forma más rectilínea.
¡Todo esto sin mencionar el color todavía! Y es que hay para todos los gustos, desde brillantes tonalidades para cuartos infantiles, hasta elegantes y sobrios en tintes como gris, negro y marrón, adecuados para ambientes algo más serios, pero no menos cómodos, como restaurantes o salas de espera.
Al final, las texturas, accesorios y matices solo están limitados por tu imaginación, no tu bolsillo, y si alguna vez deseaste descansar en una almohada gigante, ahora no hay nada que te detenga para hacerlo.

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