La prudencia hizo que las áreas comerciales sufrieran la incertidumbre y como desde siempre el indicador de la salud de la economía en el índice de la construcción, la reacción del sector inmobiliario es importante para medir la eficacia de alguna acción como la que está afectando al mercado en general.
La realidad es que a pesar de los mensajes desde el Ministerio de economía para intentar tranquilizar al mercado, las operaciones se postergan de una a otra semana, y la cantidad de situaciones que se concitaron debido a que en la práctica las operaciones inmobiliarias responden a muchos casos diferentes, el modelo de control implementado no parece tener respuestas eficaces y en el mejor de los casos no genera confianza.
A favor de la practicidad, en una economía estable, la operatoria de compra de un inmueble se realiza bajo el compromiso del comprador de contar con los dólares al momento de realizar la escritura. En la práctica, movilizar grandes cantidades de dólares, está condicionada a otros factores.
Hasta no hace mucho, se generó un instrumento, el cheque cancelatorio para contrarrestar los robos en el momento de la transacción de dinero, entre otros casos.
Debido a una cláusula en el contrato de adquisición, se supone que las compras en curso, cuentan con la moneda dólar para concretar las operaciones, de manera que no se puede tener la excusa de las dificultades debido a los controles, sin embargo en la práctica, la situación ha revelado que no se cumple cabalmente con esta cláusula, lo que genera un sinnúmero de dificultades en la concreción de la compra de inmuebles.
La situación lleva a una solución intermedia, que sería pesificar el monto, y cumplir con concretar la compra, sin embargo ahora el conflicto sólo se desplaza, pues la compra de la divisa queda a cargo del vendedor y de la inmobiliaria, que ahora queda sometida a los controles y demoras por la operatoria nueva, todo lo cual no hace más que desplazar el problema.
Por ello la pesificación parece haber tomado su propio referente de cambio, que no es el cambio oficial, sino el paralelo, por parte de los compradores a los fines de concretar sin las demoras que causan confusión e incumplimientos.
Lo que se puede asegurar es que las variaciones en las operatorias inmobiliarias son un síntoma de la economía de un país, los datos representativos del efecto sobre este sector se conocerán el año que viene, en dos o tres meses.
Mientras, ya se habla de un ajuste de precios sobre inmuebles proyectando la incertidumbre que la nueva operatoria implica.
La mejor opción es ir combinando con inmobiliarias alternativas que no detengan las operaciones, pues parece que se inició la carrera de los precios.