No hay forma fácil de explicar la teoría de Cuerdas, pero lo voy a intentar.
Es bastante conocido que la luz se comporta de dos formas, o es onda o es corpúsculo, dependiendo dentro de qué modelo de la física se analiza el fenómeno.
Para la física Newtoniana es corpúsculo y reacciona con todas las leyes de los cuerpos sólidos, tiene peso, masa y aplican todas las leyes de los cuerpos.
Para la teoría cuántica es onda, y se aplica a ella todas las leyes de las ondas, frecuencia, amplitud.
Hasta no hace mucho no había forma de unificar las dos teorías, sencillamente la luz evadía el “tránsito”, o era una cosa o era la otra.
La luz como partícula vibra, al vibrar, mueve la partícula vecina, la partícula sigue oscilando en el mismo lugar, pero el movimiento hacia un lado y el otro trasmite ese movimiento a la partícula vecina y asi, mueve la otra y otra y ese movimiento es la onda, de sus efectos es de lo que trata la teoría cuántica. De ese modo, la partícula y la onda están ampliamente justificadas.
La teoría de Cuerdas vino a ser el eslabón perdido, la teoría unificadora de ambos comportamientos, pues postula que mientras estamos viendo la partícula de luz, en forma de corpúsculo, es en realidad un punto de vista, si pudiéramos rotar ese modelo y verlo de costado, veríamos una cuerda.
En otras palabras la partícula que veíamos antes, es como ver un fideo visto desde la punta, pero si lo movemos, veremos el largo del fideo, a esa parte de la partícula se la denomina cuerda.
Esa cuerda es la representación del tiempo. Las partículas que conforma la cuerda, vista de “canto”, son partículas en el tiempo, de manera que decir que se la ve, implica ver el pasado.
Y esa es la maravillosa e impactante contribución de la teoría de Cuerdas, en su forma más simple implicaría que con el instrumento adecuado de “girar” partículas de luz, podríamos estar observando el pasado de las cosas.
Mi primera impresión al conocer esta teoría fue pensar: esta teoría de pasarse a la fase experimental y real luego, terminaría con las novelas del género policial, siempre se sabría sobre al asesino, sin necesidad de investigaciones.
Como es demasiado arriesgado afirmar cosas sobre el tiempo, el verdadero dios, los físicos teóricos han dado en llamar a esta nueva forma de ver el tiempo: dimensiones. Demás está decir que hay serios trabajos de físicos importantes que sustentan la teoría de Cuerdas, razón por la cual se está incorporando en los programas sobre física.
El hipercubo, por otra parte es un objeto geométrico.
Para comprenderlo, empezamos por comprender que un cuadrado en un mundo de una dimensión se vería como una línea. Un cuadrado en un plano es la proyección de un cubo, objeto de tres dimensiones, proyectado sobre ese mundo plano. La pregunta es: cómo se ve un objeto de cuatro dimensiones en un mundo de tres dimensiones, la respuesta es el hipercubo. Si representáramos un hipercubo en un dibujo de dos dimensiones, se vería como un cubo, dentro de otro que a su vez está dentro de otro y así. Cada cubo unido a los otros por los vértices.
El concepto es que “viajando” por las aristas del hipercubo siempre desembocamos en el vértice de otro cubo, de este modo, hay una intercomunicación entre los cubos mediante los vértices.
A cada uno de esos Cubos se los denomina dimensiones, y ese es uno de los conceptos más fascinantes que se aplica al modelo de datos, porque así se organizan los llamados sistemas de Data Weare Housing, y tableros de control. Imaginen que en vez de líneas y puntos, son información, se puede, desde cualquier punto en que se esté dentro del hipercubo, llegar a cualquier otro punto de información, encontrando mediante este aleatorio viaje conexiones impensadas dentro del modelo de datos. Y eso es lo que hacen los modelos de Analisys Service, tableros de control y muchas otras aplicaciones que pueden viajar por los datos encontrando condiciones y conexiones completamente nuevas, sin que nada provenga del complejo proceso de la deducción como se resuelve con la ciencia convencional.
Más allá de la idea del uso del concepto de un hipercubo, es una entidad que revela tambien las múltiples dimensiones, su realidad se encuentra en una cuarta dimensión, aunque nosotros lo usamos en tres dimensiones, en nuestras computadoras, nosotros usamos la proyección del cubo en nuestro mundo de tres dimensiones, el objeto real, está en la cuarta dimensión.
La cuarta dimensión del hipercubo es el tiempo.
Toda esta larga introducción para revelar que la blogesfera, y sus componentes los blogs, no son mas que hermanitos menores de los dos conceptos: hipercubos y teoría de Cuerdas, en la blogesfera el tiempo es circular o lineal y a su vez las ramificaciones temporales o sus vértices nos llevan a otros textos o dimensiones, las hipervinculaciones nos depositan incluso en el pasado, el pasado de conceptos, de temas, de lugares.
No hay ninguna evidencia que todos esos lugares, que son circulares o interminables se circunscriban a servidores existentes, después de todo, las múltiples dimensiones del tiempo son desconocidas, quién sabe en dónde termina o dónde empieza.
Por otra parte, quien sabe si no estemos de otro modo describiendo las Ruinas Circulares de Borges, o el Aleph, o el recinto de los Inmortales, o el Otro.
Estoy convencida que de una manera impecable, Borges no hablaba de otra cosa que lo mismo que estoy diciendo con el título: hablaba de los blogs, del hipercubo y de la teoría de Cuerdas y que él mismo era el epicentro de todos esos conceptos, Borges, quizás, es el tiempo.
