La normalidad en el sector es una palabra que no parece tener relevancia, en el mercado local, las circunstancias aportan a la valoración de atracciones significó, en años anteriores, operatorias interesantes para inversores, no sólo por localización geográfica, sino por conveniencia en el cambio y en los activos que portaban un proceso de liquidez, ya que las inmobiliarias constructoras también participan del sector financiero, ante la ausencia de opciones hipotecarias.

Las características que más atrajeron al mercado son los emprendimientos residenciales, la situación de pandemia ha producido un vuelco en las consultas, los analistas del sector están de acuerdo en que las opciones que bajo la visión de la ecología, el cuidado ambiental y la infraestructura para compartir en familia y el trabajo en casa fueron los grandes protagonistas.

Las empresas inmobiliarias que comercializan propiedades en barrios privados acusaron el golpe inicial de lo que vendría, la situación inédita benefició a los que por otras razones ajenas a la pandemia, diseñaron grandes barrios, bajo características urbanas en convivencia con el cuidado ambiental y otros aspectos que vinieron a completar una atracción para los dueños, viviendas que antes se adquirían por inversión o vacacionales, comenzaron a tener una preferencia por las condiciones de aislación, recreación, espacio, seguridad, preparadas para la familia.

Los analistas presuponen que una vez la vacuna, los hábitos de los consumidores, inversores, compradores, ya no volverá al comportamiento pre pandemia, la razón de ello es, por una parte el poco tiempo para analizar el efecto de la vacuna y por el otro que los nuevos inquilinos, probaron lo que significa vivir con otra calidad de visa.

El segmento residencial es uno de los más desarrollados en los últimos años, sobre todo proyectos que se iniciaron bajo la pesificación y que ahora comprueban que la visión de aquellos emprendedores fue acertada; la demanda de vivienda siempre presionó al mercado, no ha dejado de existir a pesar a de las variaciones económicas y las inmobiliarias financieras han sabido satisfacer las necesidades ante la ausencia de otros recursos, de manera que la tendencia a mantener esa línea de operatoria y de vez en cuando crecer, es, a la larga, lo que los analistas predicen con respecto al los próximos meses.

Los aspectos de logísticas que desordenó la pandemia, ya se encontraban previstos en los nuevos barrios de la zona sur, seguridad, servicios, proveeduría con posibilidades de aislamiento y resolución de protocolos sanitarios; viviendas con calidad gestionada desde inmobiliarias constructoras, bajo la experiencia de saber lo que quieren los clientes, los inversores y sobre todo, con conocimientos de las tendencias, que desde Puerto Madero, demostraron ser un modelo viable, cercano a lagos, como en San Vicente, Canning, en el sur, evolucionando en el concepto de calidad de vida, donde el ruido de la ciudad y las dificultades para el transporte, son dos factores que con los nuevos hábitos pueden eliminarse de la ecuación de la vivienda. A pocos minutos de la Capital, barrios privados con todo lo necesario para enfrentar, no sólo la coyuntura sanitaria, sino económica también, se presentan como de gran interés para dueños e inversores.

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