Las inversiones inmobiliarias siempre han sido el termómetro de medición para la salud de la economía; la situación actual le da un relieve a la palabra “salud”, ya que es también un factor importante en épocas de aislamientos.

En retroceso, las inversiones en barrios privados resultaron de las mejores decisiones, no sólo por el control necesario, sino por el aislamiento en espacios naturales, con servicios fáciles de controlar y que acoge al grupo familiar en todas sus necesidades.

Paradójicamente la situación se ha vuelto interesante para inversores o para personas que buscan acceso a la vivienda propia, la capacidad de negociación recuerda a las situación de la pesificación, los proyectos en Poso, ya ahora concretadas las obras, y la construcción que, aunque se ha enlentecido, no ha dejado de avanzar, considerada actividad imprescindible.

Las inmobiliarias desarrolladoras, con productos disponibles, viviendas, lotes, casas, que históricamente debían buscar a sus clientes, ahora son buscadas por lo que ya han advertido las ventajas de un aislamiento como de vacaciones, con sistemas de control y saneamiento ambiental, a cocos minutos de la capital porteña.

El comprador con capacidad de compra, cuenta con la posibilidad de negociar, basados en las empresas tradicionales que mantienen sus operatorias con toda la seriedad y transparencia que los años de estar en el rubro ofrecen.

La instrumentación de las operatorias se ha agilizado, la situación de bancarización en general de la economía, ha abierto nuevos procedimientos y eficiencia.

No es difícil comprender que los cambios sobre la vivienda del futuro han venido para quedarse, sin importar si la pandemia tiene para mucho tiempo o poco, la nueva normalidad ha puesto el relieve la importancia del cuidado ambiental, no sólo en aspectos domésticos sino en el entorno, materiales de construcción y calidad del entorno.

Si bien las propuestas de barrios cerrados en la Zona sur provee de amenities de hotelería, y espacios comunes de esparcimiento, también propone espacios privados y control de limpieza en ambos.

Si hay algo que ha demostrado esta situación es la responsabilidad personal es insustituible y por lo tanto el cuidado del entorno, mientras sea del grupo de convivencia, que es precisamente unos de los valores primordiales en la forma de vida del barrio privado, cobra relevancia fundamental.

La racionalidad del uso en los recursos ha suplantado la cualidad de estatus, los hogares confortables que tienen en cuenta el cuidado del medio ambiente no es una elección de nivel económico, sino una elección por la salud; y el futuro se presenta aumentando esta concientización de los inversores en bienes raíces.

El planeta está “abierto”, no es posible aislarse, mejor ocuparnos de que el entorno sea saludable y haya respeto en su conjunto, por la naturaleza.

Las pandemias han asolado el mundo desde tiempo inmemoriales, pero a pesar de ello, en este momento, tanto en calidad habitacional, como en tecnología del cuidado ambiental, no nos toma desprevenidos, la conciencia del individuo es clara en referencia a ello.

Los barrios privados de la zona Sur, viene adhiriendo a la política de cuidado ambiental desde hace muchos años, por ello, es uno de los ítems en que la inmobiliaria Mazzei, se encuentre mejor parada para el desafío actual.

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