La eficiencia de energía, la sustentabilidad, el saneamiento ambiental son las preocupaciones de la construcción del futuro o no tan futuro; las inmobiliarias constructoras ya se plantean los desafíos que la urbanización y la arquitectura deben tener en cuenta para las nuevas exigencias de los consumidores.

La digitalización se impone y la tecnología es una inversión que a largo o corto plazo significará una diferenciación dentro del sector, como una herramienta de competitividad que aún se encuentra en desarrollo y creciendo.

Cuando hablamos de digitalización no sólo es la intervención en políticas de difusión, sino a la construcción misma, realidad virtual sobre espacios inexistentes que los arquitectos podrán diseñar para la observación de los detalles, e incluso el uso de Drones para controlar el proceso de construcción y la mirada desde ángulos a los que no se tiene acceso en la escala humana.

Los sistemas de modelado de edificios en 3D se tiene perfilando como los “planos” del futuro, así como las impresoras en 3D que organizan la construcción a escala tomadas desde dibujos, un avanza importante para la arquitectura y que debido, por ahora, a los costos, no se ha difundido lo suficiente.

Sin embargo, hay otros aspectos en referencia al entorno constructivo, el clima, la zona, la flora la fauna, aspectos que involucran al estado y mantenimiento de la construcción y que aún no se integra completamente a los modelos constructivos, sino como un opcional.

Nuevos materiales de construcción que no sólo refieren a la casa inteligente, que ya está en desarrollo con la Domótica, sino a la interrelación con el medio ambiente, con las construcciones vecinas, con el área geográfica, con la posición de satélites, incluso, como una metodología de prevención de cambios climáticos.

La problemática de los inmuebles son de orden de la seguridad, los costos, calidad y, desde hace tiempo el mantenimiento.

Toda construcción altera el ecosistema de influencia, la energía, el ruido, los deshechos, comienzan a ser una prioridad y ya no es una problemática local, la metodología de desarrollo urbanístico implica una intervención a nivel superior respecto a los predios constructivos, el impacto ambiental es prácticamente de efecto inmediato, por lo que el análisis global se impone.

El desarrollo de la tecnología va por delante de las posibilidades de reacción, las construcciones se diseñan y ejecutan para años de uso, y el cambio tecnológico va a otra velocidad, de manera que hoy es ayer para tener en cuenta las nuevas tendencias en metodologías constructivas, desarrollo y ejecución de obras, además del la problemática de la calidad del suelo y el espacio circundante; ya no se está solo, hay una zona de influencia en cada emprendimiento constructivo, hay efectos e impactos que hay que analizar.

Las inmobiliarias constructoras necesitan incorporar nuevos modelos de digitalización de la gestión, además de los adelantos en la construcción; hay una responsabilidad urbana que cada vez se vuelve más necesaria y colaborativa.

Las nuevas construcciones tienen que convivir con la vieja escuela, son culturas que se miran entre sí y necesitan convivir.

Lo que es seguro, es que las nuevas construcciones tienen o un aliado o un enemigo en la tecnología, ya que por el momento las necesidades energéticas y los costos se enfrentan con las necesidades vivienda, cada vez más emergente.

Inmobiliarias

www.mazzeipropiedades.com.ar