Es cada vez más complejo vivir en Capital, no sólo por la falta de espacio, sino por los costos, lo que hace que se vaya convirtiendo, como otras ciudades del mundo, en una ciudad de tránsito, los estudiantes o personal extranjero son los que mueven el sector, para alquiler o en tránsito vacacional.

Los inversores llegan con un sentido bastante preciso de lo que quieren, las tendencias, según las inmobiliarias no tiene como eje a la Capital, y ello se debe al cambio de los formas trabajo, si en algo la crisis ha ayudado es que las empresas se han consolidado en polos y parte importante de sus infraestructuras se han mudado a Internet.

Los indicadores de las cámaras inmobiliarias alertan sobre el desproporcionado aumento del costo de inmuebles en la capital, parece ir de contramano con las tendencias, ya que tanto inversores como dueños, se inclinan por las nuevas propuesta de la vivienda, más acorde a la altura de las tendencias mundiales, donde la naturaleza y el cuidado ambiental, así como los decibeles, son factores importantes a la hora de la elección.

Aunque en el mundo hay muchas actividades que tienden a solucionar los problemas de polución, no sólo de ruido, sino de aire, no hay tal conducta en la capital porteña.

Aunque la construcción crece, a veces lento, pero continuo, en la región urbana se ignora, con pocas excepciones, el uso de nuevos materiales, los que ayudan en la reconstrucción de la capa de ozono, el que prevé el aprovechamiento de la luz natural para ahorro de energía, paneles solares, hormigón conductor que ahorra tendido de cables y por lo tanto mantenimiento, y así, los innumerables métodos de ahorro y cuidado ambiental, son mayormente ignorados.

Luego, en las nuevas localizaciones de barrios privados en la zona sur que presenta una creciente cantidad de concreción de operatorias, se le asigna el éxito al cuidado en aspectos que la ciudad no logra accionar: infraestructura de cuidado de fluidos, energía y seguridad. Aspectos difíciles de conseguir en la ciudad capital.

Algunos piensan que el éxodo hacia la zona sur de debe a los altos precios de la construcción e inmuebles en la Capital, sin embargo, la situación no es tal; en la zona sur desde hace más de 10 años, y desde que comenzó la crisis de la pesificación se introdujo un factor importante: el compromiso de las inmobiliarias comercializadoras que se involucraron en la construcción con un proyecto nuevo, innovador, a la altura de las propuestas del mundo y competitivas, de hecho, en la comparación con iguales propuestas edilicias, servicios y condiciones de precios muy convenientes respecto a capitales importantes del mundo como España.

En la era de la globalización, este aspecto es sencillo de constatar.

El alquiler resulta alto, en nuestro país y en los del primer mundo también, por lo tanto el desahogo para el problema de la vivienda es moverse a pocos minutos de la capital federal e intentar la compra.

El precio de la zona, a la hora de las inversiones ha gravitado que la zona sur no es siempre la mejor elección, pero en la zona sur de Buenos Aires, Ezeiza, San Vicente, no presentan las desventajas que suelen encontrarse en otros destinos geográficos; en la zona sur, el factor de diferenciación está en manos de la naturaleza, el hecho de crecen Casuarinas, que es un árbol que sana la tierra y mantiene su entorno saludable, lo que ofrece una señal de suelo sano, fácil de mantener, y las empresas de comercialización organizaron la construcción para respetar los mensajes de la naturaleza, lo que ha convertido a la zona sur, entre otros aspectos a un destino de tendencia creciente en inversiones inmobiliarias, así como seguir la tendencia para vivir en la tendencia.

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