Cuando Bretón infiere que la realidad interior y la exterior están en conflicto, no es otra cosa que revelar dos aspectos del ser humano destinados a desencontrarse, la materia y la antimateria.
Mientras en la provocación filosófica para demostrar lo contrario muchos caen en el pulso de la atracción por el imposible, otras estamos dispuestas a abandonarnos a la magia del sin sentido surrealista, tarea que sólo se puede enfrentar con elementos de palabra, texto, imagen.