La reacción frente a la coyuntura de la operatoria en pesos, ha tenido en retracción el movimiento de departamentos usados, el mercado se ha dividido en dos espacios de comercialización diferenciados, los que necesitan la operatoria para vivienda, los inversores.

En el medio los que contaban con la operatoria conjunta de vender, decidieron esperar, lo que significó afrontar los gatos de manutención de las unidades, ello llevó a la situación de un excedente en la oferta de alquileres.

Esto hizo surgir un nuevo tipo de alquiler, mientras que usualmente los contratos de alquiler se circunscribían a 2 años con posibilidad de continuar, la nueva modalidad imponía tiempos más acotados, porque la realidad del destino es la venta, el alquiler de inmuebles conlleva a circunstancias de administración que los que se dedican a vender, no quieren afrontar.

La solución intermedia, fue ir alquilando por corto tiempo, a precios convenientes lo que aseguraba un recambio de inquilinos, por si se continuaba con la idea de alquilar, esperando mejores precios de venta, e incluso espaciar la oferta, bajo la idea que mientras esté desocupado, el mantenimiento es menos costoso en pintura y estado general.

Sin embargo, la demanda impuso sus propias normas y el alquiler se fue organizando de mes en mes, lo que permitió la posibilidad de usos aparentemente indebidos.

El Gobierno de la ciudad, advertido de la situación llevó adelante un operativo en algunos barrios de Buenos Aires denunciados por perturbar en edificios con actividades no aptas para zonas residenciales; además de evitar la queja de las inmobiliarias que compiten con los dueños que alquilan sus propios inmuebles a precios sin competencia.

Algunas inmobiliarias han tenido que generar procesos de control para no llegar al extremo de la multa, lo que ha iniciado un tipo de control, además de los que ya se hacen responsables, que algunos operadores piensan que se trasladará al usuario final.

Para no entorpecer el ya complicado escenario de inmobiliarias, el Gobierno ha implementado un registro de propiedades en alquiler, con calificación de Temporarios en caso de poder aplicar a ese uso; el cual se debe realizar en el Ente de Turismo de la Ciudad de Buenos Aires con el fin de canalizar el uso de alquiler temporario para turismo.

El problema no es sería cuando un dueño alquila su propia casa, sino cuando es una actividad comercial a la cual se dedica como negocio, ello implica que si tiene más de 3 unidades dedicadas a alquiler temporario tendrá que tener registradas todas; no así si sólo tiene una y se alquila de vez en cuando.

El registro se realiza por Internet, y se ha iniciado una campaña de alertas para la próxima temporada veraniega.

Se advierte que los controles serán restrictos y se advierte a los dueños que alquilan por su cuenta que serán multados.

Históricamente ha habido conflictos respecto al alquiler por parte de dueño, no sólo por los precios, sino porque las inmobiliarias recaban datos que dan cuenta de una operatoria más segura, así como de un inquilino con garantías, lo que asegura una operatoria confiable.

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